Y que era de las bondades de la vida, cuando eras capaz de respirarles a cada instante del tiempo. Sin añorar a los dioses del ensueño, renunciando a que las pestañas se vengan abajo. El intenso tráfico de ideas ha desplazado a las atenciones de Morfeo, a cualquier aproximación al ensueño. Ahora, las elucubraciones, las cavilaciones, la maquinación, son prioritarias. Se convierten en el todo.

Y que era dar paso a la creación, al acto más cercano a dios, pero la seducción de la ensoñación recobra sentido, y que no era estar distraído.

No te dejo de observar. Calculo cada uno de tus movimientos. Predecible. Siempre cuidando de asomar bien frente a la perspicacia y la mirada desatinada. Una pose. Las acciones las diriges hacia poses. Es la actuación de hoy, la de todos los días. Te miro con sutileza y sagacidad, cubro todas tus dimensiones. Las perspectivas pueden ser infinitas considerando el espectro posible, ángulos que pueden surgir desde lo más alto hasta el inicio de lo terrenal, de aquello que da cuenta de la materia y la llamada realidad. A quién pretendes burlar cuando el autoengaño no puedes siquiera materializar con aquellos y estos símbolos que garabateas.

Te observo pero sigo sin llegar a tu encuentro. Continúo al lado del camino mientras todo pasa.

No era ¿no eres?