En la longitud de la onda proveniente del monocordio. Si de un acto divino devengo quiero pensar que fue de aquél con el que se intentó realizar la armonía. De lo justo y lo injusto no seré ajeno, pues el albedrío me faculta para ir de aquí hacia allá. Transitar caminando quiero, guiado por la nota que me trajo hasta estos parajes, porque entre los valles y crestas de la onda es posible permanecer, constantes que no estáticos. Miro hacia abajo, parece infinito. De momento me veo cayendo convirtiéndose el instante en eternidad. Y erase que no era estar en la longitud de la onda, y que si era estar en el valle intentando escalar la cresta.
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on miércoles, marzo 25, 2009
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