Otro día, por encima de los pensamientos me encontraba, podía ver el nóumeno kantiano, serpenteaba entre los distintos pensamientos, estructuras y vacilaciones acaricié. De nuevo la sensación altiva comenzó a aparecer, frágiles y seguros de existir continuaban su funciones, hasta que los detenía, desarticulaba y reposicionaba. La caricatura del tirano comenzaba, la sensación de dominio emprendió el sentir, la capacidad de hacer y destruirlo todo. Otra vez regresé, de donde creí estar por encima de todo.
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on jueves, marzo 19, 2009
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